Cristi es un policía que se niega a detener a un chico que ofrece hachís a dos de sus compañeros de clase. Cristi confía en que la ley cambiará y que "ofrecer" no será considerado un delito. Cristi no quiere que la vida de un chico al que considera inocente se convierta en una carga en su conciencia. Esta reflexión sobre la autoridad y la conciencia moral, deliberadamente inexpresiva, es también el análisis de los procedimientos burocráticos y de la tiranía del lenguaje. Además, el film plantea una seria redefinición de los límites de las películas de policías.
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