El 6 de febrero de 1994 Marcial Rabadán y su hijo Andrés discuten tras la comida. Andrés va a su habitación, coge la ballesta que se ha regalado por Reyes, la carga y dispara sobre su padre. La primera flecha, en la cabeza y dos más “para que no sufriera”. Tras abrazar el cadáver se dirige a la comisaría y se entrega. Había nacido para las páginas de sucesos “el loco de la ballesta” ; para la opinión pública, el horror inexplicable; para los expertos, un caso de brote psicótico de manual. Para la justicia: 20 años a cumplir en módulos psiquiátricos. Andrés Rabadán sigue en prisión, ha realizado exposiciones con sus dibujos y escrito dos libros; se ha casado, olvidado “las voces” y ya no sueña con el cadáver de su padre.
domingo, 30 de mayo de 2010
LAS 2 VIDAS DE ANDRÉS RABADÁN (2008) de Ventura Durall
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario